La violencia contra la mujer
es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humano.
Esta violencia es consecuencia de la histórica posición de la mujer en la familia patriarcal, subordinada al varón, carente de plenos derechos como persona. La violencia contra la mujer presenta numerosas facetas que van desde
la discriminación y el menosprecio hasta la agresión física o
psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy diferentes ámbitos
(familiar, laboral, formativo,).
Raíces de la violencia contra la mujer
De acuerdo con Federico Engels, la abolición del derecho materno fue (pudo ser) la gran derrota del sexo femenino. Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras
siglos de esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes,
convirtió a la mujer en objeto propiedad del hombre. La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba
parte del patrimonio de la familia, relegada a la función reproductora y
labores domesticas.
El paterfamilias tenía sobre sus hijos en derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos en territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los familiares de sus víctimas si habían cometido algún delito; desposarlos y pactar o disolver sus matrimonios. Pero así como los varones pasaban a ser paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus atribuciones jurídicas dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a permanecer de por vida subordinadas al poder masculino, basculando entre el padre, el suegro y el esposo.
El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta se le seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era el marido el que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de juzgarla. En determinados momentos la mujer llegó a conseguir una cierta emancipación: podía divorciarse en igualdad de condiciones con el hombre, dejó de mostrarse como la mujer abnegada, sacrificada y sumisa y en la relación entre esposos se vio matizada la autoridad del marido. Esto ocurría principalmente en las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose en el seno del matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres mediante la agresión física o el asesinato».
Una sociedad
que rendía culto a la violencia, la ejerció también contra las mujeres y
estas se convirtieron frecuentemente en moneda de cambio para fraguar
alianzas entre familias. «En las clases más bajas, además de cumplir con
la función reproductora, constituían mano de obra para trabajar en el
hogar y en el campo».
En esta historia han jugado un papel importante las religiones,
suponiendo una justificación moral del modelo patriarcal: «Las casadas
estén sujetas a sus maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de
la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo».
Violencia contra la mujer en la familia
La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la
familia donde principalmente se ejerce esa violencia. La infancia es
especialmente vulnerable a la violencia y la niña sufre un plus añadido
por su condición femenina. A la ablación, generalizada en determinadas
comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el comercio
sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la
niña, o el infanticidio y los abusos sexuales, más frecuentemente
ligados al sexo femenino, se une una más estricta autoridad paterna,
ejercida también por hermanos, y una educación discriminatoria que
limita sus expectativas vitales
«Es un hecho que en una relación de pareja la interacción entre sus
miembros adopta formas agresivas». En todas las relaciones humanas
surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las
discusiones, incluso discusiones acaloradas, pueden formar parte de la
relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir
peleas y llegar a la agresión física entre ambos. Esto, que podría
alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles,
formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas.
El maltrato nada tiene que ver con esto; en el maltrato el agresor
siempre es el mismo: «Por definición, el conflicto es una modalidad
relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un
cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas
–agresiones verbales y físicas-, es unilateral, siempre es la misma
persona la que recibe los golpes.
ESO ES ALGO Q NO DEBVERIA DE PASAR YA Q ES MUJER eso es algo q no se entiende por que lo acen
ResponderEliminareso no se deberia aser aber por q no se meten con un hombre por q apenas pegandole ala mujer se sienten muy hombresitoss sin saber q eso los ase unas nenas
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