Márquez
(2002), opina que "es tiempo de analizar el tabú y mito para que
examinemos con cuidado la posible instalación de esta institución que en
muchos países funciona".
Las anteriores consideraciones hacen que las opiniones se dividan en dos bandos: abolicionistas y partidarios de esta ley.
Los partidarios a la pena de muerte señalan que la aplicación de este
castigo es valida a un delincuente que haya atentado gravemente en
contra de la sociedad porque:
a. Todos tenemos derecho a defendernos de las agresiones que atentan contra nuestra vida.
b. Ayudaría a la autoridad a que otros delincuentes se detuvieran ante el temor de correr la misma suerte (Cortina, 2002).
Para sustentar lo anterior esta corriente cita al antiguo testamento,
libro del Génesis capitulo nueve versículo seis: "Será derramada la
sangre de cualquiera que derrame sangre humana, porque a imagen de Dios
fue creado el hombre", en Éxodo capitulo 21, versículo 12 "Quien hiriere
a un hombre, matándolo voluntariamente, debe morir sin remisión", entre
otras muchas. Además Silva (1984), hace mención de una declaración
realizada por el Papa Pío XII en septiembre de 1952: "privar al
condenado del bien de la vida, después de que él mismo se hizo indigno
del derecho de la vida, está reservado a la autoridad pública". Todo lo
anterior los ayuda a concluir que México al tener un "gobierno
revolucionario, anticristiano y masónico, es lógico que sea enemigo de
la pena de muerte de los malvados, por ser partidario y mantenedor de la
pena de muerte de los más inocentes"(Abascal, 1993).
De los argumentos dados por las dos partes se derivan pros y contras
para el estado, respecto a la aplicación de esta ley. Entre los pros se
encuentran:
1. Si se elimina el individuo éste ya no molestará más, por lo tanto, se evitarán futuros problemas con él.
2. Es una forma de proteger la vida de los ciudadanos.
3. Es mucho más barato eliminar al individuo que mantenerlo en la cárcel.
Y los contras:
1. La corrupción del sistema jurídico puede ser causa de errores, que no podrán corregirse.
2. No es necesaria la pena de muerte para proteger la vida de los demás ya que en la cárcel se puede reformar el sujeto.
3. Es una forma retrógrada de administrar justicia (Grima, 1994).
Instaurar la pena de muerte en México, tal como sugieren el gobernador
de Coahuila, Humberto Moreira, y la mayoría del Congreso local, suscita
demasiadas ideas. La fundamental es que la nuestra es una nación donde
la justicia es papel y no realidad. Valores asociados a la justicia como
democracia, ética, salud, casa, ausencia de miseria y oportunidades de
desarrollo similares son, nuevamente, papel y no realidad.
El sesgo, en países injustos como México, implica otros riesgos. Uno es
que se incremente la polarización de la sociedad. Ignoro cuánto tiempo
falta para que las diferencias comunitarias, ya de por sí mu0Mg4scO8EfitDAMPc+ojb5JDmkEkjW/Wvb9oqNlUOnTWePJOeAjuIzC49K5mm2LjZIJLyNy+cY9T/hyk6J5IPe6eKrcGi9rgDXrspPqbqm+QAWugPqe3RZTVsWZe64+vYLldTXT6LmMQOpWobJkCrvarMhVdyYBcEN0IKM4KBTMYIgQA5Ea5Ih2lGY9VWuRGoDQilVynqrLIa5GY9GE6OmxAhasGKHrXHx1FlYZXFKwO3hxZX4MY7VwMeInrVuKuPXw7eKXk3etxftUhjHauHZiR61P9JHrR5J27sV7UM41yuuMOK25lDOKHrR5N2EmNdqA/ente. La aplicación de la pena de muerte
podría ser un nuevo factor contra el precario “orden social” y ser el
acicate para que los últimos hilos que mantienen el status quo en
la sociedad sigan deshilachándose. El incremento del odio y de la
desconfianza de las comunidades empobrecidas y víctimas de tanta
injusticia podría aflorar como respuesta a la pena de muerte.
Otros factores deben considerarse. La propuesta de la aplicación de la
pey avanzadas,
se conviertan en enfermedad incontrolable, pero seguramente es poco. El
“orden social”, cuya carta de presentación podría resumirse en las
matanzas cotidianas, 20 o 30 asesinatos por día, y que,
sorprendentemente, aún protege a algunos segmentos de la sociedad, no
puede mantenerse indefinidamente. La aplicación de la pena de muerte
podría ser un nuevo factor contra el precario “orden social” y ser el
acicate para que los últimos hilos que mantienen el status quo en
la sociedad sigan deshilachándose. El incremento del odio y de la
desconfianza de las comunidades empobrecidas y víctimas de tanta
injusticia podría aflorar como respuesta a la pena de muerte.
Otros factores deben considerarse. La propuesta de la aplicación de la
pena de muerte del gobernador de Coahuila tiene otros agravantes. De
acuerdo con su visión, y la del Congreso local, las ejecuciones estarían
dirigidas exclusivamente contra los secuestradores. Nuevamente aflora
el sesgo: ¿por qué esa selectividad? No menos siniestros que los
secuestradores son los narcotraficantes o la policía corrupta, cómplice y
partícipe, que asesina con saña inaudita, ni menos negra es la historia
de los políticos, algunos de ellos vivos, ejecutores de las matanzas
estudiantiles de 1968 y 1971. En la misma y execrable posición están
quienes perpetraron las masacres de Acteal, de El Bosque y de tantos
otros rincones de nuestra espléndida geografía terrenal, que nada tiene
que ver con nuestra infame geografía política. La “selectividad
poblacional” en propuestas como la de la pena de muerte es inadecuada,
porque, nuevamente, es sinónimo de sesgo.
La segunda idea proviene de la historia. No hay documento que avale que
la pena de muerte sea útil para modificar el comportamiento de la
sociedad o para reordenar las conductas de los individuos. Quizás,
incluso, lo contrario sea cierto. Sobran documentos históricos donde la
masa, mientras observaba lo que sucedía en el cadalso, robaba,
mancillaba, vejaba.
No cuento con palabra suficientes para juzgar las vilezas que cometen
los secuestradores y no existe lenguaje adecuado para calificarlos
cuando asesinan. No dudo que deben ser encerrados de por vida y
castigados sin misericordia. Muchos secuestradores fueron parte del
sistema de gobierno y no pocos mantienen vínculos con la policía, es
decir, con el gobierno. Eso, no es poco.
La pena de muerte no sirve: envilece. Aplicarla en naciones tan injustas
como la nuestra sería craso error y semilla para nuevos odios. Sería
mejor que el Congreso de Coahuila repase lo que sucede en sus tierras
con la ética y con la justicia antes de hablar de la pena de muerte.
VIDEO:
esa esmuy buena informacion la centensia de muerrte es kuando ases algo muy grave y te sentensian tu vida porejemplo matandote y pagando kon carcel :)
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